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jueves, 10 de enero de 2013

Los soplillos




Esta navidad he recordado los soplillos, tan típicos en nuestra tierra y en estas fechas.
Recuerdo cómo se metían las matas de bolinas en el horno, cómo se encendía la llama, tan violenta como breve. Una detrás de otra iban quemando hasta que la voz experta decía “ya está el techo blanco”, el horno había alcanzado su temperatura. Con una escobilla se iba limpiando la base, echando la ceniza y ascuas a un lado haciendo sitio para la cocción. “El horno debe tener la temperatura adecuada, si es mucha se queman, si es poca se bajan” refiriéndose a los soplillos.
La receta con la que se elaboran los soplillos ha perdurado a lo largo de los siglos: Se pelan las almendras con agua hirviendo, cuando están secas se parten en trozos largos y se tuestan. En un recipiente se echan las claras de huevo con el azúcar y la ralladura de limón. No se puede echar el limón solo pues el huevo se corta, y se separan las yemas. Estas últimas se reservan para hacer otro postre delicioso: los almendrados, que tienen de base la misma receta, sólo que en vez de claras huevo se echan las yemas. De ahí que cuando se elaboran unos, a continuación, se preparan los otros.

Se pone al fuego y, cuando el azúcar se derrite, se bate hasta que se pone a punto de nieve. Hay que añadir las almendras picadas y tostadas del tamaño de piñones, para lo cual hay que ayudarse de un mortero. Con esta pasta se van haciendo montoncitos con aspecto de unas cucharadas grandes de masa, dejándoles una separación adecuada, en concreto, de unos 4 a 6 centímetros. Se meten en el horno a temperatura moderada y cuando los soplillos empiecen a abrir ligeramente y a dorar (pero sin llegar a tostarse por encima) los retiramos del horno.
(Receta recogida de Granadahoy.com)
 
Video de CanalSurmiralavida
 
 
Saludos Benínar.

2 comentarios:

  1. Siempre fué el dulce por excelencia en nuestro pueblo. En las bodas era el broche de oro, y los repartía la novia cuando el convite tocaba a su fin.

    Hoy día, cuando los veo en alguna feria de por aquí, o en los aeropuertos de Granada o Almería, no me resisto a la tentación de comprarlos; incluso el año pasado me los mandaron de Laujar...La decepción es siempre la misma. Se parecen a los de Benínar...en el nombre. A la vista quedan "asolaos", y cuando le hincas el diente y se abren, no encuentras dentro aquel brillo de la clara; eso sí, azucar a toneladas.

    Pero, porque se empeñan en poner tan pocas almendras y además cortas?? Mi madre siempre decía que contra más largas eran las almendras (cortadas en cuatro trozos) mas altos salían los soplillos.

    Como siempre digo: los mejores que he provado son los que hacía, y sigue haciendo Rosario López (de Juan Tomillo)

    Saludos.

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  2. La última vez que vi hacer soplillos fue en Hirmes hace 22 años. Los hicieron a la manera tradicional, tal como lo he contado en el artículo. Tenían forma piramidal y las almendras enteras. De sabor, exquisitos.

    Saludos Benínar

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