No pasamos nada los que vivíamos en la casa con el espárrago que había en el huerto al estar siempre lleno de avisperos e intentamos cortarlo puesto que ocupaba mucho espacio y además no se le sacaba provecho ninguno, ¡Pero!. El espárrago era intocable puesto que cada vez que había que llenar de flores el altar de la iglesia se colocaba en los floreros las flores de la temporada y ramitas del espárrago del huerto de Doloricas.
Por eso aguantó el espárrago mientras se colocaban flores en la iglesia.
De las uvas del cuerno yo tenía aquí en mi casa una parra pero se me perdió, pero mi primo Manuel Caceta me dio unos cuantos sarmientos.
Los Planté, agarraron y la mitad de ellos están sembrados en Extremadura.
Lo que he sembrado ya varias veces y se me seca es la hierba luisa cuando en el pueblo a todos los que le dolían la barriga acudían para que se les dieses unas ramitas.
Otra de las utilizaciones era el cocer las los manojos de esparto en la balsa o en el pesebre.
Si Benínar existiese el museo del pueblo estaría sin duda alguna en la Molineta, justo debajo de mi huerto.
Por último recuerdo perfectamente que en un olivo del Meloncillo mi padre me cogió un nido de pájaros carpinteros que yo los coloqué en una jaula encima de las zajurdas.
Me pasaba parte del día cogiéndole cigarrones y chicharras como alimento básico hasta que llegó el día en que les abrí la puerta y se marcharon.
Otro tema y éste sí que es el último. En el huerto se construyó el primer cuarto de baño que se montó en Benínar. Todos los días se llenaba de agua un cántaro que el agua la calentaba el sol y cuando el agua estaba calentita nos duchábamos, en concreto José María en el año 1968 0 69 se duchó unos cuantos veces, un poco antes de enamorarse de
Maricarmen.
El resto de beniner@s se lavaban pero no se duchaban.
Saludos.
Me imagino la ducha, como la de las películas del Oeste....
ResponderEliminarQuien tiene ideas...
Saludos, Juan Gutiérrez.
Mira Viñuelas, como todos los cuentos,algo tienen de ficción y en tu caso algo más.
ResponderEliminarEn el año 1967, en mi casa de Beninar habia una habitación en la planta baja donde creiamos que tocabamos el cielo, se componia de una ducha,a la que le llegaba el agua
del piso tercero, compuesta por una orza a la que se le echaba un cubo de agua fria y una gran olla de agua caliente directamente del fuego, un w.c. directo a un pozo ¨negro¨, un zafero, con zafa y un cubo para el agua ¨usada¨eso era en mi casa, te lo puedo garantizar, aunque no se si Jose Mari lo sabia.
Un cariñoso saludo.
Antes los cuartos de bajo, tal como se conocen hoy en día y teneis en vuestras modernas y actuales casas, simplemente, se carecían de ellos en Beninar.
ResponderEliminarEn Hirmes, menos todabía, hasta hace pocos años.
Tampoco se disponía de agua corriente en las casas para ello.
Como bien escribis aquí, cada uno utilizaba su ingenio, según sus medios, y como podía.
Mis recuerdos de niño, en invierno, era calentar un cubo de agua, y utilizando una calabaza como cazo, pues no pesaba y estaba hueca, tornaba a enjabonarme y ducharme con este invento. Tenías que ser rápido para no notar el frío de la interperie.
En verano, se fabricaban pozas en el río, donde entraba el agua del chorro por un lado y salía por el otro, estando constantemente, limpia. Era el sitio de baño, aseo y esparcimiento de la chiquillería, y del pueblo entero.
En los tiempos modernos, toda la Alpujarra ha cambiado mucho, en infraestructuras y comodidades, como hubiera cambiado Beninar, de no haber desaparecido.