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sábado, 3 de enero de 2009

EL RÍO (1)

INVENTOS BENINEROS.
El primer relato que escribo me ha dado pie para que aparezcan otros que hacen referencia a las crecidas del río nuestro, el de Beninar, que iré colgado a continuación.
Empiezo por el primero.
Este año es especial en lluvias al menos donde estoy viviendo. Desde hace un tiempo, desde mi cocina escucho el sonido predominante, el sonido del río.
Lo que se solía decir en Beninar: “Cuando el río suena, agua o piedras lleva”.
En éste caso el río que escucho desde mi cocina lleva varios días crecido. Nada que destacar para que me ponga a escribir, a pesar, de ser un sonido muy especial que representa para un beninero el escuchar los sonidos de un río crecido.

Al tema en cuestión:

Alguien se deja la puerta abierta de mi casa y nuestro perro Zeus, un cocker, que está completamente ciego, notamos que ha desaparecido. Prestamos atención para ver si está ladrando, lo que suele hacer cuando se encuentra solo, o se siente extraviado. Escuchamos su lamento pero muy lejano. En esta ocasión no se ha caído a la piscina que es donde se ha caído varias veces, cuando comienza a correr y no sabe tomar la curva.
Esta vez los sonidos llegan desde muy lejos. Utilizo los instintos que Zeus utiliza y me oriento para encontrarlo dirigirme donde presiento que está la fuente de sonido. Al final lo encuentro al otro lado del río.
¿Cómo puñetas ha sido capaz de cruzar el río crecido?.
Hasta ahora a los humanos ciegos se les da un perro para que los guie, pero cuando el perro es ciego y se pierde: ¿Qué nos inventamos?.

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