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martes, 2 de octubre de 2012

NOS VEREMOS EN LA ETERNIDAD



Esteban Añez Sánchez. Fotografía hecha en Barcelona durante el periodo del Servicio militar. Año c. 1946.



Con la frase que encabeza este escrito se despidió mi padre de su hermano Esteban, cuyo fallecimiento acaba de suceder sobre las diez de esta mañana, 2 de octubre de 2012. 

Pido disculpas si este escrito lo personalizo por la muerte de mi tío Esteban, pues me considero una prolongación colateral de su personalidad y siento necesidad de dar salida al dolor que me produce y me oprime por dentro y deseo transformar mi dolor en poesía. Para liberar del mismo y liberar el de la familia para que unidos, lo transformemos en amor por la persona que nos deja temporalmente. 

Ha muerto a las puertas del otoño, cuando el viento barre las hojas, y la nostalgia invade el cuerpo y nos prepara para recibir al crudo invierno. Ha muerto como el sueño que se hermana con la muerte. Se fue con la satisfacción del que siente el deber cumplido.

En la vida de cada uno de nosotros siempre hay un familiar que no deseamos apartar de nosotros porque forma parte de nuestro propio ser; el significado de lo que somos, nuestra propia alma. Un alma atribulada que busca a Dios con desespero para que a nuestra fe no la detenga las noches oscuras.

"Que mi vida acabe y mi vivir ordene" decía Quevedo. Pues todo se ordena cuando partimos al más allá, cuando traspasamos el límite de la vida que aniquila la esperanza aunque se abra una puerta en otra parte. 

Siempre que muere alguien querido me asaltan las siguientes preguntas: ¿Por qué tiene que existir la muerte?, ¿por qué el sufrimiento? El porqué de las cosas está fuera de mi alcance. 
El recurso que me queda, es mitigar el dolor que siento; afrontar con valor la sinrazón de los hechos y la irracionalidad que conlleva. 
Lucho por encontrar la paz, hallar la fuerza necesaria y el esfuerzo hasta el fin. Acepto con serenidad la naturaleza que lo cambia todo, hasta nosotros, y nos traslada de un lugar a otro. 

Jugamos siempre una partida con un oponente que siempre nos gana: la Parca. Estamos predestinados a morir. Nuestro destino es una derrota en una lucha desigual con el mayor enemigo de todo lo vivo, como héroes de una tragedia antigua. No existe posibilidad de decisión, la partida es inexorable.

Conmoción, emoción, llanto, ¿alegría?… estos niveles primarios que siento como ser humano, se hayan implícitos en mi interior y los exteriorizo en este contexto.  
Sí, dije alegría, no fue un error de impresión, un lapsus, o una contradicción; es la alegría de haber convivido (aunque en breves periodos) con familiares que a lo largo de la vida siguen determinando mi conducta y me mantienen vivo, lúcido y esperanzado de que en un futuro nos volvamos a reunir y, esta vez, sí será para y por siempre.

Estoy escribiendo y creo que me va a salir una pintura en vez de una carta de despedida. No sé como estoy de humor para pensar de este modo; será que no quiero ahogarme en mis propias lágrimas. Mas necesito darle sentido a la vida, transportar y conducir mis emociones porque sigo sin encontrar el significado que tiene y mucho menos qué significa la muerte.

Alguien me dijo una vez que todos los dedos de la mano no son iguales. Aunque a todos los quieres por igual por ser parte de ti. Unos son más largos que otros, o más gruesos, o tienen una función más importante. Eso le sucede a los miembros de la familia; más alejados, más cercanos, más importantes, admirables, necesarios… 

Los padres son imprescindibles mientras eres un niño desvalido, los hermanos se desarrollan a la vez que aprenden el uno del otro, los hijos te prolongan en el tiempo y en el espacio, los tíos… que podemos decir de ellos cuando mueren... que son dedos mutilados de nuestra mano.

Los amigos van y vienen, la familia permanece, aunque no siempre puede estar junta, ni compartir el mismo criterio. 
Si algún miembro se ha fragmentado o roto para siempre, los lazos de sangre me recuerdan que el cielo me hace insignificante y que soy animal humano, y me elevo con el amor para sentirme independiente del resto de los otros seres vivos que desconocen el significado.

Cuando un familiar se nos va, hay un mal jardinero, un enemigo del género humano, un demonio que poda raíces en vez de las hojas secas o las ramas sobrantes. 
Alguien debería previamente enseñarle sino, al final, podará las horas que tardó en crecer el árbol del cual venimos, y, también, nuestro bienestar emocional, dependiente del origen, de nuestras raíces, de lo que somos y recordamos. 

Todo lo que me rodea; el mundo en el que me he criado y vivido, se disuelve y disminuye poco a poco. Me siento un espectador de ese mundo ilusorio y movible, inmenso y perenne.

A la vez que escribo este panegírico, mezclo los recuerdos y el olvido de todo lo visto y vivido, representa un esfuerzo mayor que ejercer cualquier otra función. 
Me está siendo difícil puesto que, mi pensamiento tiene una línea independiente que sigue sus propias pautas. 

Ha muerto Esteban Añez Sánchez lleno de nobleza. Ha muerto querido y admirado por mí y los demás. 
Quiero darle un merecido reconocimiento puesto que, olvidarle sería peor que la propia muerte que va acompañada de una sombra gris llamada melancolía.

Ha muerto mi tío, un beninero. Ha muerto un hombre.




"Pequeña alma, blanda, errante

huésped y amiga del cuerpo.

¿Dónde morarás ahora,

pálida, rígida, desnuda,

incapaz de jugar como antes"

Adriano

-emperador romano-

4 comentarios:

  1. Yo que he transitado esa casa de la esquina de la plaza. Un hombre bueno, trabajador, honrado, en el que casado con la prima María, hoy deja un vació que por muchos años que pasen, es difícil de rellenar.
    Descanse en Pazzzzzzzz

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  2. Al abril el ordenador, la muerte de Esteban (el primo Esteban como lo nombraba mi madre, pues la madre de el y la mía, eran primas hermanas; y nuestras abuelas hermanas.) me ha cogido desprevenido, pues no sabía que estuviese enfermo.

    Cuando nos referimos a alguien que acaba de fallecer, frecuentemente recurrimos al tópico de la edad,pues aunque a todos nos gustaría que nuestros padres se eternizaran junto a nosotros, nos sentimos más aliviados si los hemos visto envejecer y hemos tenido la oportunidad de cuidarlos como ellos hicieron con nuestros abuelos.

    Descanse en paz Esteban...y nuestro recuerdo de apoyo para toda su familia.

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  3. Una carta muy bonita y emotiva, seguro q tu tio si en algun lugar la puede ver le va a encantar.

    Descanse en paz Esteban y mucho animo en estos duros momentos, a toda la familia, en especial a Maria su esposa y a su hijo José.

    Un abrazo.

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  4. Pepe la melancolia es buena para serenar el alma y curar las heridas que la vida nos produce como en este momento a ti la muerte de tu tio Esteban al que Dios tenga en su Gloria;pero no hay que permanecer mucho tiempo instalado en ella pues nos roba la energia que necesitamos para estar activos en nuestra vida cotidiana.Un abrazo Pepe en tu dolor y animo para encarar la vida con optimismo.

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