Páginas

jueves, 19 de julio de 2012

Ermita de Benínar



UNA ERMITA QUE QUEDO BAJO EL AGUA

A las “Animas Benditas.”
No se le cierra la puerta
Yo les digo que perdonen
Y ellas se van tan contentas.

Situada a las afueras del pueblo, ocho metros cuadrados, arrieros, caminantes, gentes de otros pueblos cercanos miraron por sus rejillas para verlas.

La curva de la Ermita, por la puerta de la Ermita,  al pasar la ramblilla, en el camino del río, eran las palabras más comunes en el pueblo para situarse en ella.

Dentro se encontraban ellas, a las que todo el arriero, toda criatura que pasaba, se santiguaba al pasar por su puerta. Todos pedían algo, el arriero suerte en el camino, el andante suerte en el andar, salud y prosperidad para la familia.

Los más generosos por su rejilla dejaban su perra gorda, aquellas perras gordas que servían para comprar y poner mariposas encendidas.

Un día, el progreso cambió su destino, el agua subió y subió, ellas fueron  apuestas en otro lugar. Ahora están cerca de los que se fueron, de aquellos que dicen que volverán.

Allí los que las visitamos en vez en cuando, pedimos por todos, salud y prosperidad es lo principal.

La Ermita es algo de nuestra historia, aquella Ermitas ha visto, ha sentido y parpado el rumor de las gentes, han visto crecer muchas generaciones, nuestros bisabuelos, abuelos, padres hermanos, hijos y nietos.

Cuidada desde que recuerdo siempre por la tía Frasquita, la que vivía en la Plaza; si ella todas las tardes les encendían las mariposas, barría, y limpiaba su aposento.

¿Recuerdas las Animas Benditas? Visítalas, pídele por todos los que se fueron, por todos los que estamos, por todos los que vendran.

3 comentarios:

  1. Paco me alegro de que describas la ermita de las ánimas de Benínar. Yo, cuando era pequeña siempre me asomaba a la ventanilla que tenía la puerta, pero me producía un poco de respeto, por no decir miedo, ya que tenía aquellas mariposas en aceite encendidas. La recuerdo siempre muy bien atendida y ordenada por Frasquita.

    También recuerdo las monedillas dispersas por el suelo que se echaban.

    ResponderEliminar
  2. Cuantos recuerdos nos traen las palabras que Paco ha dedicado a las Ánimas...

    Yo tambien las recuerdo con respeto por lo que significaban y significan en nuestro pueblo, y como dice Charo, la sobriedad y la poca luz del recinto donde se encontraban aumentaba el dramatismo de aquellas "almas" ardiendo y "purgando" en el Purgatorio.

    Creo que gracias a la iniciativa de un paisano (o de unos pocos) no lo sé con exactitud, ahora están en un sitio muy digno. La claridad, los adornos y la edad, hacen que las mire con otros ojos...Pero con mucho cariño y respeto.

    Juan Gutiérrez.

    ResponderEliminar
  3. A mi me pasaba igual, me daba un poco de miedo y respeto, pero casi siempre q pasaba por allí miraba entre las rejas.

    Isabel Mª

    ResponderEliminar

Por favor, ídentifícate en los comentarios.