Hoy día 28 de enero, festividad de Santo Tomás de Aquino, quiero recordar a mi abuelo Paco porque él solía referirse a este santo con mucha frecuencia.
Mi abuelo Paco, padre de mi madre, se dedicó a las labores del campo, pero sobre todo tuvo ganado: primero ovejas y luego cabras. Con su mulo y los capachos iba a vender productos del ganado a Ugíjar y a Berja. En esta última ciudad era, junto a la Fuente Toro en la salida hacia Benínar, donde había una explanaba en la que comerciaba vendiendo lo que llevaba y comprando otros productos que necesitaba.
Mi abuela Frasquita, cuando venía de Berja, le preguntaba si había comido y respondía siempre que “sí, en la Trocha Altera” (estaba a la entrada del pueblo por el Barrio Alto), “por si al llegar había ocurrido alguna cosa encontrarse preparado”.
Le llamaban Paco el de Loreto, porque era hijo de Nicolás y de Loreto. Esta familia era la que cuidaba la ermita de Las Ánimas y curiosamente mi abuelo fue quien la heredó, aunque después sería la abuela Frasquita la que se ocuparía de mantenerla hasta el final.
Pero Paco el de Loreto fue durante toda su vida de la Hermandad de las Ánimas. Incansablemente, junto con los demás compañeros iban por el pueblo y por los cortijos para cobrar la cuota a los que estaban apuntados y pedir. Formaban una pequeña comparsa con guitarras, pandereta, platillos y triángulo. Cantaban muchas canciones y la gentes se acercaban para oirles.
“A las Ánimas benditas
no se les cierra la puerta,
en diciendo que perdonen
se van ellas tan contentas.
Se van ellas tan contentas
limosna de caridad,
a las Ánimas Benditas
que Dios te lo pagará”.
no se les cierra la puerta,
en diciendo que perdonen
se van ellas tan contentas.
Se van ellas tan contentas
limosna de caridad,
a las Ánimas Benditas
que Dios te lo pagará”.
Cuando hacían el recorrido de un cortijo a otro solían ofrecerles vino y les sacaban higos secos para comer y reponerse. Ellos se animaban y cantaban otra canción que decía algo así como “si me vas a echar unos higos, no te pares a quitarle los palillos (la parte de arriba, por la que se coge el higo y que se le quitaba para comerlo porque es dura), porque hay aquí un chiquillo que se los come a chorrillo”.
No sé si era devoto de Santo Tomás, ni si conoció su pensamiento y obras, pero solía decir este chascarrillo:
“Hoy es el día de Santo Tomás de Aquino
que escribió en sus memorias,
que todo aquel que bebe vino
va derecho a la gloria,
si no se le tuerce el camino”.
que escribió en sus memorias,
que todo aquel que bebe vino
va derecho a la gloria,
si no se le tuerce el camino”.
Manuel Maldonado
Hasta que no venga el mecanico no puedo poner la foto
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo q has contado sobre tu abuelo, me has hecho recordar al mio,q tambien le gustaba contarnos historietas a mi hermano y a mí, incluso cuando nos escribia siempre nos dedica unas letras para nosotros, a mi como sabia q me gustaban las poesias, no habia carta en q no me mandara un verso, me da rabia no recordarlos, y las cartas cuando las contestabamos se rompian,¡q pena me da ahora al pensarlo!
ResponderEliminarSaludos.
Recordar forma parte del vivir. Pero a veces, piensas que si los recuerdos predominan sobre el presente, puede ser una señal de aviso de que nos estamos haciendo mayores.
ResponderEliminarSin embargo, otras veces quisiéramos recobrar el tiempo y la memoria perdidos y nos enfadamos con nosotros mismos porque estamos limitados y no tenemos la capacidad de almacenar todo lo que desearíamos recuperar del ayer que ya no vuelve.
Una vez más hemos de agradecer a los creadores de este programa que evitan que eso les pueda suceder a los que nos preceden. Por ello relatamos nuestras vivencias y recuerdos en esta memoria virtual para no parecernos a esos pueblos y culturas, que al no haber dejado nada escrito sus descendientes sólo pueden contar unas cuantas historias de sus más recientes antepasados y el resto lo convierten en mitos, leyendas o cuentos infantiles.
Yo, también tengo recuerdos mutilados por el tiempo;era una antigua canción-romance que mi abuela me cantaba y según ella sólo había en Benínar dos mujeres que la sabían: ella y otra que no "recuerdo" su nombre.Decía así:
"Soñé una noche que desposaba a una novia angelical, vereis, señores, que sueño tuve, con qué ilusión lo voy a contar.
La iglesia estaba llena de gente más de mil velas daban su luz, por todas partes los invitados, los convidados por ella y yo..."
Lamento no acordarme del resto, pero al final sé que despertaba del sueño el ilusionado novio. Debía ser una letra bastante antigua, a juzgar por la picaresca tan comedida y antes de la llegada de la luz eléctrica al pueblo, si es que fue creada en Benínar.
Si alguien puede completarla haremos una bonita labor de restauración.
Para las grandes hazañas o hechos gloriosos ya están los historiadores que la escriben, pero las pequeñas y cotidianas que sumadas todas forman parte de la memoria de un pueblo, esas, si no las sabemos nosotros y dejamos constancia de ello, se esfuman y desparecen como las nubes de verano. Un saludo de Pedro.
¿cuanto se pagaba a las animas?
ResponderEliminarManuel:me viene a la mente el recuerdo de la tía Frasquita que que iba todas las tardes antes de, desde su casa en la plaza hasta la ermita de las animás para enceder las velas del altar, por cierto muy oportuno tu comentario sobre las memorias de Santo Tomás de Aquino, siempre se ha dicho que lago tendrá el vino cuando lo bendicen.
ResponderEliminarMe viene el recuerdo de algo que me contaba mi suegro:
"quien va a un funeral y no bebe vino el suyo le viene de camino".
Así que el ir de duelo era una buena ocasión para tomar unas invitaciones.
Saludos.
Manuel,muy entrañable el recuerdo que haces de tu abuelo Paco "el de Loreto".Yo, ahora que soy abuelo encuentro a faltar los míos pues al ser el "redrojo" de los hermanos no llegué a conocer a ninguno,aunque en Beninar tampoco era un gran problema
ResponderEliminarporque éramos "adoptados" y compartíamos abuelo con nuestros amigos(tu abuela Frasquita,me llamaba al saludarme cuando íbamos de vacaciones,ay mi Juanico!
También tuve la gran suerte de "compartir" abuelos con Antonio Blanco,(Papa Juan y Ma María)y con Charo (Rosario y Federíco). Todos ellos y a pesar de tener varios nietos,no se les importaba que siempre estubiésemos enredando alrededor.
Mi recuerdo para todos los abuelos de Benínar que calladamente nos enseñaron a ser las personas que somos hoy.
Juan Gutiérrez.
En la Ermita que estaba en el camino del río, había las animas y un cuadro del sagrado corazón. La tía frasquita todas las tardes al oscurecer, se encargaba de encender dos mariposas.
ResponderEliminarLa puerta primero y después en la pared había una pequeña rajita para que devoto depositara su donativo; aparte del que recogía la hermandad. Este dinerillo iba destinado para la compra de velas para las procesiones entre otros. Se guardaban en un arca que estaba situada en la entrada de la cancela parte derecha, debajo del hueco de las escaleras que subieron a la tribuna.
Río Verde
Tengo una duda con lo de las velas de Las Animas,a veces creo recordar que algunos entierros llevaban "cera" y otros no.Alguien me puede sacar de dudas?
ResponderEliminarSaludos.Juan Gutiérrez.