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martes, 24 de noviembre de 2009

La riada del 73 que arrasó con las últimas esperanzas de Benínar

La riada de 1973, de triste recuerdo y que aceleró la destrucción de Benínar, es un ejemplo reciente y doloroso del clima especial que tenemos en el sureste de España. De cuando en cuando, "se producen perturbaciones atmosféricas que si no son calores excesivos, son vientos huracanados o como es este caso, lluvias torrenciales que provocan riadas e inundaciones". En este artículo os vamos a comentar las conclusiones a que llegó el profesor José Molina Capel, de la Universidad de Granada, en un trabajo de investigación de los fenómenos atmosféricos que aquellos días acontecieron (El trabajo original se puede descargar pinchando aquí).

Las lluvias se desarrollaron los días 18 y 19 de octubre de 1973. El 18 principalmente en la zona granadina fronteriza con Almería y el 19 entre Almería y Murcia. Las lluvias superaron los 100 litros por metro cuadrado en estas áreas y en zonas más concretas superaron los 250 litros por metro cuadrado, destacando como ejemplo los 350 litros de Murtas el día 18 y los 600 litros, sí, 600 litros por metro cuadrado, en Zurgena. La consecuencia fue la desaparición de cultivos, bienes materiales y desgraciadamente la vida de más de 100 personas, fundamentalmente en La Rábita. Capel encuentra que el poder destructor se incrementó notablemente por la falta de cobertura vegetal y al tipo de roquedo que hay en la zona. No sólo fue el daño de las aguas que se precipitaron por los ríos y las ramblas, sino la tierra, arenas y rocas que arrastraban.

En esencia, las fuertes trombas se debieron a que sobre el sureste de la Península convergieron corrientes de naturaleza contrapuesta: Vientos muy fríos del norte impactan con vientos de levante muy húmedos y cálidos, con materiales en suspensión que actúan como núcleos formadores de lluvia, sobre un Mar de Alborán con temperaturas del agua anormalmente altas y una fuerte depresión, una gota fría, sobre el Golfo de Cádiz. Todos estos fenómenos atmosféricos chocaron sobre la vertical de Sierra Nevada y creó un “efecto de disparo”. Las consecuencias, ya las sabemos.

Capel llegó en su trabajo de investigación a explicar las precipitaciones de 350 litros por metro cuadrado que cayeron sobre Murtas y cuyas aguas bajaron arrasándolo todo por la Rambla de Turón. El río hasta Benínar apenas traía agua. Fue la Rambla de Turón la que desaguó violentamente en la Vega de Benínar y produjo todos los daños. Os transcribo literalmente lo que dice:

“Un caso excepcional lo constituyó la zona comprendida entre Trevélez, Murtas y Bayárcal, donde las precipitaciones fueron superiores a 200 mm [200 litros por metro cuadrado]. El relieve tuvo aquí una importancia primordial. El flujo de vientos húmedos mediterráneos penetró en esta zona por dos trayectorias distintas:


a) El valle del río Adra que canalizaba el flujo aéreo del Segundo Cuadrante contra las vertientes sur y este de la Contraviesa y vertiente sur de Sierra Nevada.


b) El valle del río Andarax que con una dirección este-oeste canalizó el flujo aéreo de Levante y lo lanzó a través del pasillo de Laujar contra la vertiente sur de Sierra Nevada y ladera sur de la Contraviesa.



Así pues en este triángulo: Trevélez, Bayárcal, Murtas, convergían ambas corrientes, originando un torbellino que dispara esa masa de aire hacia los altos niveles de la atmósfera. Esto explica la violencia de las precipitaciones en esta zona que alcanzaron 218 mm en Trevélez a 1600 m; 222 mm en Cádiar a 1000m; 196 mm en Bayárcal a 1200 m y 350 mm en Murtas, entre las 19 horas del día 18 y las 6 horas del 19 de octubre”.

Fueron 11 horas con el cielo abierto. La noche más larga de Benínar y de toda la Alpujarra.

Finalmente, las conclusiones de Capel son las siguientes:

“Los intensos aguaceros de los días 18 y 19 de octubre de 1973, registrados en un amplio sector del Sureste de la Península Ibérica se originaron, a grandes rasgos, por una serie de factores que conjugados a un mismo tiempo determinaron violentos disparos verticales en la atmósfera, con tormentas violentísimas. Entre tales factores están:


I. Formación y estancamiento en las capas altas de la atmósfera de una gota fría, que gravitaba sobre la vertical del Golfo de Cádiz.

II. Elevada temperatura superficial del Mar de Alborán.

III. Índices elevados de la humedad relativa, con valores superiores al 89 por ciento.

IV. Formalización de un flujo de Levante, que arrastró hacia el interior las altas humedades de las costas.

V. Ciclogénesis en el Mar de Alborán, por contacto de la masa de aire polar marítimo y la masa cálida mediterránea. La borrasca nace, se desarrolla y muere en 36 horas, encauzando al Sureste de la Península Ibérica un flujo aéreo cálido y muy húmedo de Levante.

VI. Fuerte inestabilidad vertical de las masas de aire mediterráneas en otoño.

VII. Especial configuración y altura del relieve de las sierras de las Cordilleras Béticas.

VIII. Presencia de núcleos de sublimación –cirros- que siempre existen en mayor o menor proporción en la atmósfera.

IX. Presencia de núcleos de condensación; la corriente aérea de Levante proporcionó los núcleos higroscópicos.


Las consecuencias inmediatas –y de todos conocidas- de estas trombas de agua fueron unas gravísimas inundaciones con cuantiosas pérdidas materiales, por las amplias zonas de cultivo que afectaron y como nota triste de tales riadas, la pérdida irreparable de más de un centenar de víctimas en las provincias de Murcia, Granada y Almería.”

Benínar se resistía a las expropiaciones. Tras la riada, con todo perdido, ya nadie pudo resistirse y agachando las orejas, se aceptó todo lo que viniera.

Rafael Bailón-Moreno.
Rosario Ruiz Baños.

Referencias:

José Molina Capel. Génesis de las inundaciones de octubre de 1973 en el Sureste de la Península Ibérica.  Cuadernos de Geografía, 4; 149-166, 1974.

3 comentarios:

  1. Para los que vivimos de lejos la riada,fué muy triste.Me imagino como se sintieron,todos los que todavía vivían en Beninar.
    Efectivamente,aquello, como bien decís,fué el principio del final..

    Buen trabajo.

    Juan Gutiérrez.

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  2. Es un buen trabajo, aunque haya quien diga que no. El argumento ha sido expuesto por vosotros para los que no sabemos de esto que podamos entender que paso y en las circunstancias atmofericas que sucedio.
    Por eso Plaza de Beninar es distinguida....

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  3. Muy interesante el articulo.Siempre recordaré el invierno de la riada, porque en Diciembre cuando fuimos al pueblo aun iba el rio muy crecido y aun se podia ver los estragos q habia hecho el agua a su paso paso Beninar .

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