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martes, 10 de noviembre de 2009

El otoño



En nuestro río teníamos muchos álamos que protegían las orillas de los bancales cuando su caudal aumentaba por el efecto de las crecidas por las lluvias o los deshielos de nuestra Sierra Nevada.
Pero en el otoño empezaba a cambiar su color verde por el de naranja, hasta que perdían todas sus hojas. Esa belleza que ahora no podemos contemplar pero que está en nuestro recuerdo y el motivo de poner esta foto es para no olvidar. Cuando veo en otros ríos imágenes como las que vi en mi infancia siempre me viene a mi recuerdo algo real que contemplé en mi pueblo, Benínar, con sus paisajes y no me puedo resistir a hacer la fotografía correspondiente que aunque no son los álamos de las Majadillas o las del puente o las del Rincón, de tantos sitios que yo viví andando por el río con albarcas que eran comodísimas para cruzar el río. Enseguida se secaban con la arena de la senda hecha por el paso de los animales de carga mulos y burriquillas que se utilizaban para todo tipo de transporte. En esas fechas las casa empezaban a quedarse frías y empezaban a hacerse los primeros braseros, muchos con las cáscaras de almendra. Se preparaban en la calle para luego ponerlos en la mesa camilla y sentarse la familia o los amigos y charlar de los acontecimientos del pueblo. Qué relajados nos quedábamos después de contar cada uno sus incidencias cotidianas. Qué felices éramos y que poco necesitábamos, y aprovechábamos todo.
Cuando en la época de castañas crecía el río y al día siguiente bajaba de caudal, íbamos al río para buscar las castañas que el agua había arrastrado de la sierra, ya que en Benínar no había castañas, pero en la Sierra sí. Nuestro río hasta esto nos lo daba como regalo. Cuántas cosas teníamos y ahora es cuando las valoramos. Hace dos días que yo hacia un comentario en este Foro que decía tengo la calefacción rota estoy envuelto en una manta, a la calle no salgo porque esta lloviendo, y estamos en la calle entre 9 a 12 grados, y hoy os digo estoy en camisa no necesito la calefacción ya que la temperatura es extraordinaria.
El cielo es azul, no se ve una nube, el sol calienta y me pongo una visera, respiro profundamente este aire limpio, miro hacia arriba y veo la sierra, y miro hacia abajo y veo el mar que paz que relajación, y todo esto que contemplo lo estoy haciendo desde mi tierra, la Alpujarra donde está Benínar ¡Habrá algún lugar mejor que este? pues no creo. Si yo me pierdo, que me busquen aquí.
Jose Emilio Molina.

1 comentario:

  1. Pepe, muy bien sigue escribiendo que es muy importante lo escrito, pues quedara constancia en nuestra historia.
    Animo. Pazzzzzzzzzzzzzzzzzz

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