
El padre Tapia en su libro "Historia de la Baja Alpujarra" hace un balance de Benínar en el siglo XIX en los siguientes términos:
"Tiene las lindes con Darrícal, Berja, Turón y Murtas. Los accidentes son el barranco de Turón, que baja del monte de la Madera y sirve de camino a aquella población. Los montes de Canibanos y del Cucanal, éste poblado de almendros.
La aldea de Hirmes se compone de cuarenta casas. Tiene un manatial y una balsa en la que se recoge su agua, que se utiliza en el riego. El caserío de Cintas tiene cinco cortijos y una fuentecilla para el riego. La vega de Benínar se riega con el agua del Río Grande. Se produce trigo, maiz, aceite, almendras, frutas y seda. Toro dice que en regadío se cultivan sesenta fanegas y en secano cuatrocientas, todas de cereales. Había cinco molinos harineros, dos almazaras y una fábrica de aguardiente. La caza era de perdices, conejos y zorras.
Población situada en la falda de un cerro, en la orilla izquierda del Río Grande de Adra. Lugar poco ventilado por las alturas que lo rodean. Clima benigno. Ciento diez casas de dos plantas, una plaza rectangular, en la que están los edificios públicos, el Ayuntamiento, construido en el 1836, la cárcel, la escuela, y varias calles estrechas y limpias. Caminos de herradura. La ramblilla de Hirmes, compone una alameda de un kilómetro de larga. Hay una fuente con pilón para caballerías. Para el abasto los vecinos se surten del río, pues el agua de la fuente es algo salobre.
Hasta 1836 forma un concejo con Darrícal. Este año se constituyó un concejo independiente, con 134 vecinos, 538 habitantes. Tenía una escuela mixta dotada con 1.100 reales. El correo lo servía el conductor que llevaba el de Ugíjar-Berja.
En 1857, según el primer censo de población hecho por el recién creado Instituto de Estadística, Benínar tenía 1006 habitantes, de los que 485 eran varones y 521 mujeres.
Pagaban 61.173 reales de impuestos, 38.117 de impuestos directos, 19.074 de impuestos indirectos y 3.982 de impuestos municipales".
El padre Tapia fue el padre y madre de la historia almeriense, de la más completa que se ha escrito, en la que muchos historiadores nos basamos para aprender, aportar nuestro granito de arena y tratar de ampliarla. Hace unos años, en la feria del libro de Granada, me acerqué a la caseta de una conocida librería almeriense y les pregunté qué tenían de J. A. Tapia Garrido, y la respuesta que me dieron fue ¿quíen es ese?.
ResponderEliminarYo siempre he pensado que primero debo conocer la historia de mi tierra y después la de los demás.
Saludos Benínar.