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lunes, 26 de mayo de 2008

Darrícal y Lucainena en el Catastro de Ensenada

Estos son los mapas de Darrícal y Lucainena en el Catastro del Marqués de la Ensenada. Son las otras dos piezas que, junto al mapa que ya publicamos de Benínar, formaban el Concejo de Darrícal en 1752.

Como veis, no son mapas detallados, más bien esquemas de los términos de las poblaciones. Lo interesante son los topónimos que aparecen en ellos, que todavía existen.

Lucainena





Darrícal


Si nos fijamos, en el mapa de Lucainena, el Río de Cherín se une a la Fuente de Alcolea para dar un río "sin nombre"... En el mapa de Darrícal, que va a continuación, ese río sin nombre se llama ahora Río de Bayárcal, que geográficamente se encuentra antes de Cherín, donde todavía no se ha unido la Fuente de Alcolea...

El resultado de la unión del Río Bayárcal más el Río Uxisar (Ugíjar) da de nuevo otro río sin nombre. Si pasamos luego al mapa de Benínar (Ver el artículo del mapa de Benínar), al pasar por Benínar tampoco tiene nombre.

Es decir, el río cuando pasa por cada pueblo nunca tiene nombre, pero sí tienen nombre los ríos que preceden, aunque la toponimia no sea del todo acertada.

¿Por qué? Porque cada pueblo considera su río como "El Río", sin más vueltas. Evidentemente, un vecino de Darrícal dirá: "Voy a bajar al Río", nunca dirá "Voy a bajar al Río Darrícal". El vecino de Benínar, que para él, el río que pasa por delante del pueblo es lo más importante, dirá también "Voy a bajar al Río", y no "Voy a bajar al Río Benínar". Todo el mundo le entiende y sabe a qué río se refiere: No es el Ebro o el Guadalquivir... es "EL RÍO"

Los ríos de los demás tienen nombre, el río de uno, no tiene (aunque lo tenga, no se nombra)

La relación de las personas con su río es como la de un hijo con su padre. El río es el padre, y el hijo es cada uno de los vecinos. Un hijo cuando nombra a su padre no lo llama por "José González Fernández" o "Antonio García Ruiz", sólo lo llama por "Padre" o "Papá", aunque haya millones de papás...

O millones de ríos...

2 comentarios:

  1. En 1751 Darrícal seguía siendo el único concejo de todo el valle con alcaldes ordinarios en los tres lugares (uno de Benínar, otro de Darrícal y otro de Alcolea). El 14 de octubre se reunen en el alojamiento de don Pedro Troyano, alcalde mayor de Ugíjar, subdelegado del intendente del reino de Granada el marqués de Campo Verde, Miguel Chacón, alcalde ordinário de Darrícal, Manuel Sanz, alcalde ordinario de Benínar, Tomás López, alcalde ordinario de Lucainena, Pedro Baños, regidor de Darrícal, Juan Manzano, fiel de hechos, Juan José Manzano y Bernardo Victoria, vecinos de Darrícal, Diego Félix Montoro, cura de Darrícal y Benínar, ante el escribano Celedón de Salazar. Dan los siguientes datos del estado económico y social de los lugares del valle: En Lucainena había cincuenta vecinos en otras tantas casas. No había cortijos. En Darrícal-Benínar, había cincuenta y ocho vecinos y sesenta y tres cortijos. La población puesta en el valle en el 1574-76 de 24 pobladores se había multiplicado por 4,5 en el 1751.
    Las avenidas del rio habían destruido las alamedas y el antíguo sistema de riego. De los 630 marjales que se cultivaban y repartieron en 1574-76 quedaban cien. El secano había pasado de 328 fanegas a 360. Las viñas de 50 a 54. Los 259 olivos eran ahora 200. Se conservaban las 188 higueras en las ramblas de Turón y del Meloncillo. Había 400 morales.
    Había 25 vacas, 4 mulas, 25 cabras, 36 ovejas, 30 jumentos y 5 colmenas. Quedaba un molino harinero de los siete que había antes y una almazara... Continuará.


    Saludos Benínar.

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  2. Continuando... "Los de Lucainena iban a comprar a Ugijar. El fiel de hechos se elegía cada año, debía saber leer y escribir, ganaba 200 reales. También se elegían el panadero, que ganaba 200 reales (en Benínar había un horno en cada casa, lo normal era uno por pueblo) y el estanquero, que ganaba cien. Habían un barbero, que ganaba 200 reales, los vecinos se igualaban con él por un celemín de trigo. Había cuatro labradores, que labraban su hacienda, y cincuenta jornaleros, que cuando trabajaban en los pueblos del valle, ganaban la manutención y el real y medio en invierno y dos en verano; cuando escaseaba el trabajo, iban a Motril y a Málaga en busca suya. No había taberna ni mesón ni carnicería ni mercado ni puente.En el siglo XVI llegó a haber dos mesones, uno en Benínar, que se ha conservado hasta que lo cubrieron las aguas del pantano (Benínar tenía más historia de lo que muchos creían).
    De los 4700 reales de los diezmos, 3600 eran para el Rey y 1100 para la Iglesia. Las primicias producían seis fanegas de trigo y 600 reales, siete partes para el cura y una para el sacristán. El excusado importaba 200 reales y el Voto de Santiago 250".

    J.A.Tapia.

    Saludos Benínar.

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