Ocurrió a principios del año 1983. Cinco jóvenes alemanes y un español profanaron el cementerio de Benínar y se llevaron cuatro calaveras. No bastó con la expulsión realizada por el Estado, no bastaba con el expolio por los ladrones de las casas abandonadas, sino que incluso unos indeseables profanadores se atrevieron a violar la paz de los benineros fallecidos. Afortunadamente la Guardia Civil de Ugíjar pudo detenerlos.
La noticia corrió como la pólvora y sé publicó en la Vanguardia el lunes 17 de enero de 1983. En la siguiente imagen se muestra un recorte de este diario.
Sin palabras...
Dolido e indignado por la profanación del cementerio. No tenía ni idea, de que esto hubiera sucedido.
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