El sábado 27 al mediodía, llegué a Almería. Pronto me encontré subiendo "Pampanico arriba" y María recordándome que la autovía se había terminado, pues el cochecillo que cogí en el aeropuerto volaba sólo. Aquellas curvas, siempre han sido la puerta de mi casa. De allí para arriba ya me encuentro en mi territorio.
El pasado Agosto, por la noche veía las luces subiendo por aquella carretera, cuando estuve unos días (noches) en Poniente, pues mi Ángeles se encontraba muy malita. Miraba los coches y yo subía con ellos. Me sabía el camino de memoria.
A la entrada de Berja, la mirada se me fue hacia arriba. Allí está el Mulhacén, el Alcazabo, el Cerrajón de Murtas, mi techo del mundo, mi lejanía, mis nieves perpetuas, que de pequeño sólo podía ver cuando subí a coger alcaparras por el carril o por el llano.
Pasé gran parte de la tarde, a los pies de la cama de mi hermana. La encontré muy bien. No me reconoció (o quizás si) pero no importa porque aunque sólo fuera por el beso que me dio volvería cada día a coger el avión si eso fuera posible.
Me encontré en la caseta de cintas, cuando el sol hacía un buen rato que había desaparecido. Tuve tiempo para ver el blanco de Murtas y de los pueblos de la sierra. Salió a darme la bienvenida una perdiz, que se paseó tranquilamente delante del coche.
Al llegar a Cintas, Pepe Ruiz (yerno) me hizo notar el sonido del río al pasar por el Cejor. No era el sonido del río que yo escuchaba desde mi casa, al pasar por los arenales. Era un sonido más sordo, como más triste,... pobre río, tanto tiempo prisionero y cuando lo sueltan va corriendo con amargura.
Pasamos una excelente velada. Después de dar cuenta de una buena “fritá” y de un par de botellas de vino, al calor de la chimenea y del brasero, empezamos a recordar tiempos pasados. Naturalmente recordamos a las personas que ya no viven y cientos de anécdotas referentes a todos. Las naranjas y uvas clarillas que Federico traía en su burra desde la vega Darrical y que nos daba incluso antes de llegar a su casa. Los conejos, caracoles o perdices que Pepe nos daba, cuando la cacería había sido abundante. Las veladas pasadas en su casa, escuchando la radio, las mujeres con sus labores, los hombres con sus pleitas o sogas y naturalmente Charo, su primo y yo jugando.
Disfruté de la mañana en Cintas. Vi dos cabras montesas por encima del cortijo, perdices y hasta un manantial que ha salido en medio de los olivos.
Subimos al camping y todo fue besos y abrazos muy sinceros con todos los paisanos. A los que más me alegró ver fue a Juan Díaz y Elodia, Juan de María y Carmen y mi primo Joaquín y Rosario.
Hubo muchas actividades con los niños, los jugadores de paulo ocuparon sus puestos entre los que se encontraban mis compañeros de estudios Paco y Antonio. También algunas mujeres jugaron al “secallón”, daba gusto ver en el mostrador del camping una veintena de postres listos para concursar. Después de los bocadillos, cervezas, refrescos y sobre todo el vinillo que trajo Paco Ramón, la emprendimos con los postres. No pude con todos, pues había muchísimos. De los que probé, estaban excelentes la leche frita, higos fritos y arroz con leche de Charo y Amelia, los buñuelos de Gádor la de Clara y las torrijas y rosetas de cuatro cascos de María Angustias.
Al cantar la canción que han recuperado para Benínar hubo lágrimas de emoción.
Pasadas la cuatro y media, llegaron la prensa y la concejala de cultura, para entregar los trofeos de los concursos. Las fotos que he visto no hacen justicia, pues ya le habíamos dado el segundo ataque a los pasteles (merienda) y quedaban muy pocos. Volvimos a cantar la canción en presencia de ellos, pero del centenar de personas ya habían marchado la mitad.
Más tarde, se hizo la asamblea que transcurrió con normalidad. La presidenta, el secretario y sobretodo el tesorero con las cuentas muy claras.
Llegó el momento de las despedidas, como siempre muy triste sobre todo para los que vivimos tan lejos (qué suerte tenéis al teneros tan cerca unos de otros). La última mirada al pantano, a las lucecillas de la Sierra, la penúltima lagrimilla y ya anochecido salí el último del camping.
Otra estupenda velada con mis venidos que son como mi familia.
El día 1 de marzo, amaneció esplendido en Cintas e invitaba a quedarse.
Despedidas en Cintas, en Berja, en el Ejido, con José Mª y Fina. Sólo nos faltó Dolores López y Rosario pues tenía que entregar el coche al mediodía.
Saludos, Juan.
Juan q bonito te ha quedado el articulo ¡¡de verdad!!!ha sido poco el tiempo q habeis pasado pero muy intenso verdad?????
ResponderEliminarSaludos.
Mi intención era que todos los que no habeis podido ir, paseáseis conmigo aquella carretera ( con varios desprendimientos,a causa de las lluvias, pero muy bién señalizada) y viéseis conmigo aquel atardecer con la sierra al fondo.
ResponderEliminarComo sabes este año,tirando la casa por la ventana,he visto atardecer en lugares mágicos como El Cairo,Estambul,Mikonos,Venecia Roma etc.etc.Sólo me emocioné con la misma intensidad que eldía 27 de febrero al pasar la caseta, y eso fué en Jerusalén,anocheciendo al acercarme al Muro de las Lamentaciones. Con eso te lo digo todo, sabiendo como sabes,lo creyente que soy.
Apropósito, ayer al mediodía, no me dejaba poner el escrito en el foro, pues me salía que había puesto alguna palabra ofensiva.
Después de releerlo varias veces,
quité la palabra "papajotes" que es como se llaman los exquisitos higos fritos,que habían hecho Amelia y su hermana, pero nada...
No tuve mas remedio que enviarlo y me lo han puesto en Plaza.
Todavía estoy flotando, hay muchas cosas buenas que contar.
Juan Gutiérrez.
yo a estos del foro no entiendo la manera q tienen de censura, a tu escrito no le veo ninguna palabra ofensiva como tampoco la tenia mi poesia.
ResponderEliminarBueno, pues ya nos seguiras contando cosas, para mi al menos son muy agradables de leer, todos los sentimientos expresados por cualquier persona.
Saludos.
Muy bien por los narradores, narráis también que las lágrimas son difícil de aguantar.
ResponderEliminaryo todavía estoy en periodo de recuperación. Veo vuestros escritos y leo una y otra vez, ya casi me los se de memoria, y las lágrimas afloran cada vez que los leo.
Pazzzzzzzzzzzzz
Muy bien por los narradores, narráis también que las lágrimas son difícil de aguantar.
ResponderEliminaryo todavía estoy en periodo de recuperación. Veo vuestros escritos y leo una y otra vez, ya casi me los se de memoria, y las lágrimas afloran cada vez que los leo.
Pazzzzzzzzzzzzz
Paco, la única pena que tengo, es no poder hablar un buén rato con todo el mundo. No hubo tiempo material, pero aunque fuese poco tiempo, se aprovechó mucho.
ResponderEliminarEncuentro que no he nombrado a Maria la de Sevastiana,explicándole a los niños lo de los cardos y las cerrajas. A ella ya la he visto mas amenudo, aunque solo fuera por vídeo y cuando la llevásteis a canal sur.
Quiero nombrar a todos esos niños.
Los nietos de M. Angustias los de Ico y Paco, rubios como soles, los de Pepe Ruiz, el de Roque, los de Lola Diaz,que por cierto celebró allí junto con Antonio sus bodas de oro...y mas niños que ahora no recuerdo....Si, también los nietos de Gador la de Clara y mas....Esos niños y muchos mas son el futuro de Benínar...
Esta mañana en un entierro, he coincidido con un beninero de 87 años y sin saber que yo había vajado estos días, me ha soltado así de golpe: Juan, no olvido a Benínar ni un momento, cada vez la tengo más presente....hacía años que no hablaba con el. Un día de estos haré por verle y lo pondré al corriente de todo.
Juan Gutierrez.
Juanico escribe las cosas con mucha claridad.Ami me llegan al alma.
ResponderEliminarYo tanbién estoy contenta de ser de Beninar y tener unos paisanos que se preocupan por el pueblo.
Paco Ramón, tu si que nos haces llorar, con las poesías que dedicas a Benínar.
ResponderEliminarAlgún día, habría que hacer una recopilación y junto con las de Jazmín,publicarlas en un libro, si se consigue dinerillo.
Hay mas poetas en Benínar y alrededores, pero los mas significativos, sois vosotros dos, cuando las dedicais a Benínar.
Saludos y recuerdos a Beninar, cuando vayas a Turón este fin de semana.
Juan Gutiérrez.
Juanito el poeta...¡Que bonito!
ResponderEliminar