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lunes, 5 de octubre de 2009

Nuestros caracoles según un botánico del XIX

La Alpujarra siempre ha sido tema de pluma fácil para escritores románticos, pocas han sido las ocasiones, en la antigüedad, que ha sido descrita y estudiada desde el punto de vista científico.

Simón de Rojas fue un botánico valenciano que de 1804 a 1809 recorrió Andalucía describiendo sus plantas, su geología… y curiosidades varias.

En artículos anteriores ya os hablé de los vivoreros de Dalías y de Turón en 1804, descritos por este hombre, ahora, en este artículo veremos las descripciones que hace de los caracoles, desde Turón a Almería.

“En lo alto del Cerro de la Minas de Turón hay muchos caracoles grandes de carne roja, pero luego que se baja al río ya no se halla de éstos, sino algunos muertos, y en su lugar abundan otros muy blancos no tan grandes, no tan cónicos, de carne negra que son comunes hasta Berja y en los alrededores de ésta. Hallé dos de estos caracoles blancos fuertemente aferrados en el acto de la generación, fue menester hacer algún esfuerzo para separarlos y, al hacerlo, ví que de un lado (creo que el izquierdo del cuerno) y un poquito más abajo salía un pitoncito tan largo como el cuerno mismo engruesado cerca de la punta, que era delgadita, el cual estaba enteramente metido en un agujero que en sitio semejante y lado opuesto tenía el compañero; éste por su parte hacía otro tanto con el cónyuge, pues tenía igual miembro metido en la vulva de su amante.
En Berja y Dalías se comen muchos caracoles y abundan en su jurisdicción.

Los Boquinegros, que crecen sólo en la vega, son los más sabrosos y han observado que con la vejez encarnecen, es decir, van perdiendo el color hasta quedar casi blancos, en este estado se llaman Reyes.
Los Borbocones, de carne roja, que se crían en la vega y también en los cerros, no se comen por acá, pero los llevan entre los otros (excepto los Gitanos, que nadie coge sino los gitanos) a Granada, a donde los pagan a igual precio que los demás.

Los caracoles de Dalías son famosísimos por su buen sabor, los llevan al mercado de Granada, no sólo a cargas, sino a recuas, donde se apiñan por comprarlos especialmente en Semana Santa. El tiempo de caracoles es la primavera.

Los Borbocones en Dalías sólo se usan para curar granos y apostemas, machacada su carne sola y aplicada a la parte o junto con la hoja de romanza y una poquita levadura en ungüento; llevan también caracoles a vender a Guadix y los alpujarreños vienen con recuas a cargar caracoles que cogen ellos mismos en Dalías.


En el Cañarete, muy cerca de la capital encontré una singularísima especie de caracol llamado Chapa o Serrana y que me dicen llevan a vender y regalar a Almería, siendo su carne muy dulce y sabrosa y del mejor caldo.

Me dicen suele hallarse en Lubrín, donde tienen muchos Boquinegros y Serranos.

De Lucainena a Cherín y Darrícal traen a Ugíjar cargas de caracoles, los más serranos, revueltos con algunos boquinegros. Los serranos, más estimados que los boquinegros tienen la carne pajiza, cuando chicos tienen color y listas confusas que pierden de viejos, quedando blancos.

Los de Dalías traen aquí (se refiere a Ugíjar) acelgas bravías y cardillos y espárragos y caracoles boquinegros que venden a 8 cuartos el cuartillo, los serranos se venden a 12 y 14 cuartos el cuartillo.”

Saludos Benínar.

© copyright Fco Maldonado Calvache 2009

3 comentarios:

  1. En estos últimos años se ven cada vez menos caracoles en los campos de Benínar. Este hecho coincide en el tiempo con varios años de sequía y con la presencia de jabalíes, que antes no existían.

    Por aquí van los tiros, me temo, sobre todo por la cuestión de los jabalíes.

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  2. En la tierra donde vivo lo que se comen son los que en Benínar se llamaban boquinegros y las gitanillas – estas últimas se cogían a puñados en los brazales en el pago de los Arenales, blancos y pequeños -. Ninguna de las dos variedades se comían en el pueblo.
    En la actualidad cuando llega la primavera comienzan a llegar camiones y camiones de Marruecos cargados de caracoles que en el mes de mayo en Algeciras existen barres especializados en prepararlos con poleo, - un poquito picante - y con salsa de tomate o con almendras.
    Las dos variedades de caracoles en Benínar eran los encargados de llenar de boquetes las hojas de las lechugas, las acelgas, de las coles y coliflores.
    No recuerdo las babosas en Benínar y en mi huerto las encuentro por todas partes.
    En Benínar recuerdo que una vez comidos los caracoles se les daba a las gallinas para que los picoteasen para el calcio de los huevos. Las cinco gallinas que tengo ven los caracoles y las babosas y no les hacen ni caso. Es de suponer que aquellas gallinas autóctonas benineras – que desgraciadamente habrán desaparecido – genéticamente las habrán alterado tanto que no reconocen ni los caracoles ni las babosas.
    Alguien debería de encargarse de librar de la desaparición las gallinas alpujarreñas. Un amigo extremeño desde hace tiempo está empeñado en que las gallinas autóctonas extremeña tenga su reconocimiento y por supuesto impedir su desaparición.

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  3. Y para complementar el artículo, en la siguiente dirección podéis leer recetas con caracoles:
    http://servicios.elcorreodigital.com/especiales/san-prudencio-2008/recetas-recibidas.htm

    Saludos Benínar.

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