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miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿PRESAGIO?.

El Barranco El Capitán, en su último recorrido pertenecía a mi familia.

Empezaba dicho tramo justo debajo del carril por donde se entraba al Cortijo de La Mecila y la finca de mis padres estaba ambos lados del barranco.Las dos vertientes, eran pequeñas cuestas, - como en casi todos los lugares de Beninar, de tierra de launa, - plantadas de olivos jóvenes. Cuando me refiero a olivos jóvenes, se quiere dar a entender, que se podían varear, con una buena caña o barra, sin la necesidad de subirse en ellos, a no ser que se ordeñasen los olivos.

Bajando dicho barranco nos encontrábamos con La Acequia de la Mecila. La alta. La que terminaba en una balsa, - donde se ha referido en varias ocasiones, que alguien la recuerda por bañarse en ella, -. La acequia, que había comenzado su recorrido en El Rincón y durante la noche hacía mover el Molino de Las Tres Piedras.

Esta acequia, bien merece un recorrido detallado, por las connotaciones en su recorrido, pero continúo con el barranco.

Pasada la acequia alta, el barranco entraba en una especie de terraza, - siempre en sombra por los olivos frondosos a ambos lados, - para caer precipitadamente en una cascada, que puede que fuese el único salto de agua, que tenía Beninar. Puede que fuese de un mínimo de unos diez metros.

Desde dicha cascada, trascurría en torrente, hasta encontrarse con la Acequia de La Mecila, baja.

En ese momento se encontraba con dos paredes, - puede que la pared de la izquierda fuese, la muralla más antigua que tenía Beninar, después del El Murallón, - hasta que, el barranco, se encontraba con el río.
Las distintas murallas que tenía Beninar a ambos lados del río bien meréce un comentario amplio, puesto que representa cada una de ellas, épocas de fuertes inversiones en el pueblo.

El que escribe, cuando niño, era el sitio preferido para ir a guardar la cabra, por la vegetación siempre verde del barranco y de la acequia baja de La Mecila.

Mientras la cabra pastaba, su cuidador jugaba a hacer balsicas en el río.
Por aquellos tiempos los beninerillos proyectaban y construían pantanos en el río, que siempre el agua lograba, romper.

¿Sería una premonición en lo referente al pantano?.

1 comentario:

  1. En el último puente. El puente con el que comienza diciembre, nos encontramos en Cintas dos benineros y uno de ellos dijo:
    - “No quiero morirme sin ver que el contenido del pantano, hasta su cota máxima fue rellenado por las torrentias de los barrancos, de la ramblilla y de la rambla”.
    Tan solo nos dimos la mano como sellando el pacto de un sueño.
    Creo que bien pensado nos deberíamos haber dado un fuerte abrazo.

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