¡POR DIOS!. ¡TANTOS BESOS!.
Primera parte.
En la última fiesta una beninera mencionaba lo siguiente cuando se le preguntaba por su madre:
“La enfermedad y muerte de mi madre nos cogió a todos por sorpresa. Todos los hijos e hijas estábamos muy pendiente de la evaluación de la enfermedad. Era raro que durante el día no acudiésemos a visitarla. Adoptamos que no se le ocultase nada de la evolución de la enfermedad. Así se lo hicimos saber a los médicos que le atendían en la consulta. Nunca perdió la conciencia que estaba entrando en una cuesta abajo, que cada vez se pronunciaba más la pendiente”.
Nos decía la paisana sobre su madre, que un día que estaban las dos solas, le decía la madre:
- “No entiendo nada, la cantidad de besos, abrazos. Me cogéis la mano siempre que estáis a mi vera, y sobre todo, siempre con la cansinas preguntas: ¿Que te apetece?. ¿Qué quieres que te traiga?”.
Una mujer o un hombre beninero que llegaron al mundo entre los años veinte y los treinta, nacieron con los sentimientos por desarrollar, pero había que atrofiarlos. El beso, el abrazo, el cogerse de la mano, …, que difícil era mostrar un gesto de cariño, al menos en público.
Parecía que a todos los de Beninar les habían dado la consigna desde la adolescencia, que en el momento de alcanzar la edad adulta, el objetivo común debía ser el castigarse la base de los sentimientos, para que estos no se desarrollasen.
Me salgo del tema, para volver a retomarlo líneas después.
Hace tan solo unos días, preguntaba a un niño musulmán la razón de llevar tantos calcetines puestos y me decía: “Cuando por las tardes acudo a clase en la mezquita, como me equivoque, el profesor me pega con una varilla en los tobillos”.
Vuelvo al tema central y supongo que en Beninar por aquellos tiempos, parte de los miembros de la comunidad, llevarían varillas de almendro, - las que se doblan por su extremo para abarcar la mayor cantidad posible, - para ir “llevando por vereda”, - a todos aquellos adolescentes que sacaban “las patas del tiesto”.
Como las japonesas, tomaban la decisión que sus pies deberían ser siempre de niña, muy pequeños y para ello tomaban las medidas oportunas para que no creciesen, los benineros, encorsetaban sus sentimientos, para que en un momento dado no saliesen ante el público, no desentonasen ante el compás establecido.
Los sentimientos primarios son espontáneos, como la sonrisa o el desplante, saltan de forma instantánea. Cuando nos les daba tiempo a controlar la simpatía o la antipatía, para eso estaban las madres o las encargadas de la educación. En el tema de los sentimientos, la educación era tajante, tremendamente rigurosa. Los padres o los abuelos tan solo se limitaban a una amplia sonrisa cuando se encontraba con el ser querido, con el vecino cómplice, pero jamás podía aparecer, formar parte de tal encuentro cualquier roce, cualquier tocamiento. Socialmente, si empezaban a aparecer palabras que manifestasen cariño o amistad, se estaba obligada a cortarlas de forma radical, las que la recibía y por supuesto el dadivoso, sabía que se estaba saltando las normas establecidas. El piropo era una válvula de escape, considerando que solo nacían con dicha artefacto los hombres, jamás las mujeres.
Con relación a los sentimientos que podían estar a nuestro alcance en nuestra familia, en Beninar, muchos de nuestros mayores, estos se lamentaban de “tener a unos nietos descastaos”, por no dar al abuelo o a la abuela el beso y abrazo de llegada o de despedida. Nietos que en muy pocas ocasiones aprendieron de sus mayores, vieron en sus mayores, - nada es tan educativo dar abrazos para que los hijos aprendan, que decir a nuestros hijos que den abrazos, - la más mínima caricia entre ellos y de ellos hacia los demás.
Tan solo aparecían los besos y en muy escasas ocasiones el abrazo, cuando la despedida se trataba de los que se marchaban para siempre a Barcelona por ejemplo. Cuando alguien se marchaba a la mili, - acontecimiento que para los hombres significaba salir la única vez en su vida del pueblo, - puede que cosechase, tres o cuatro besos, y uno o dos abrazos. El que se marchaba a “servir a la patria”, se llevaría una cosecha aceptable de: “Darse la mano y poco más”.
Muy cierto es todo eso que dices ¿cuantas veces decian unos padres asus hijos que los querian?a veces me pregunto que porqué tanto reprimer unos sentimientos en todos los aspectos,los que nacimos en los 50,60 nos toco vivir una juventud muy dura,parte de nuestra adolescencia, en una dictadura donde todo era malo y pecaminoso,para las mujeres mucho peor,si te gustaba un chico no podias decirle nada tenias que esperar que el te lo dijese;y si tenias la suerte que al final os gustabais los dos tampoco podias expresar libremente tus sentimientos,porque no eras una chica decente.En cuanto a libertad creo que se ha pasado de un extremo al otro,pero en cuanto ha expresar los sentimientos en publico no te creas todavia cuesta un poco.
ResponderEliminarEl mundo está aun muy necesitado de abrazos de que le escuchen y de que le digan que lo quieren,de una caricia de un beso en la mejilla.....
La sociedad ha subrido un cambio radical en muy poco tiempo. De padre se pasó a papá y de ahí a "mi viejo". Antes se educaba con miedo al guantazo y ahora es regalando Nintendo y Play station.
ResponderEliminarRealmente la sociedad ha evolucionado demasiado rápido, hemos pasado de los abuelos que apenas tuvieron infancia a los nietos que lo tienen todo, del mojigato al gran hermano, de ser emigrantes a recibir inmigrantes, de ser ultracatólicos al ateismo más absoluto.
Yo de esto culpo a la televisión, cada día es mayor su violencia y lo peor es que lo vemos como algo normal.
Saludos Benínar.
Es cierto,en Tv,hay demasiada violencia,antes la 1 criticaba a otras cadenas y ahora ella hace lo mismo, yo siempre pienso q si eso lo ve la gente q ya es violenta aun le dan mas ideas,porq lo q no se les ocurre a ellos lo ven en las pelis,estoy totalmente en contra de la vilencia.
ResponderEliminarAhora, en lo que se refiere a educar a unos hijos no podemos hechar toda la culpa a la tv.un hijo debe de recibir la educación desde su casa, ahí es fundamental la base de las personas,muchos padres de hoy dia delegan la educación de sus hijos a los maestros y no saben q la edución empieza desde la cuna,hoy en dia no se que esta pasando, pero no quiero ni pensar como va a ser el futuro en manos de la mayoria de la juventud que sube hoy dia porque ellos seran los hombres y mujeres del mañana.
Que quizas tengamos la culpa los padres de no saber educar,yo habia visto ir a madres al colegio de mi hijo a discutir con la maestra,preguntandole el porque habia castigado a su hijo?con eso q hacen ? pues dar mas alas al niño .Luego tambien con la incorporación de la mujer al mundo laboral,los niños se crian con una canguro o con los abuelos y los padres quizas deben de pensar que para un rato que los ven no van a estar todo el dia regañandolos.
Ahora que yo tambien me pregunto para que quieren algunos padres, tener hijos?conozco amigos que los dejan por la mañana a las 8 en la guarderia y los recojen a las 7 de la tarde, aveces es por razones de trabajo pero muchas muchisimas es por comodidad.A mi a veces me habia comentado alguna profesora que no los dejaban mas rato porque el colegio no estaba mas horas abierto que si hasta a dormir los dejarian.
En fin aqui habria mucho que discutir,pero mi opinión es que a la mujer o padre trabajador les tendrian que dejar unos horarios mas flexibles,y atender a sus hijos,Conozco un chico de unos 25 años q siempre le reprocha a su madre que en su infancia tuvo de todo ,no le falto nunca el último juguete que salia al mercado,pero que donde estaba ella?, que no la veia nunca;ella estabaja trabajando de 9 de la mañana a 9 de la noche para que a su hijo no le faltara de nada....
Aqui lo dejo .saludos.