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jueves, 22 de mayo de 2008

El día del Corpus Christi en Benínar


Me he tomado la libertad, sin permiso alguno del autor -aunque creo que no le va disgustar-, de reproducir en este artículo unas muy bellas reflexiones sobre el día del Corpus Christi en Benínar que ha puesto Paco Maldonado en un comentario al artículo sobre la exposición fotográfica.


Las reflexiones son estas:

"Día del Corpus


Llega a mis narices, el olor a tomillo – en sus distintas variedades – a romero y sobre todo a altabacas, - no confundir con la albahaca que los hombres se colocaban en la oreja cuando entraban por el pueblo con las cargas de tomates - planta que nacía en el borde de los caminos que era el alimento de las abejas cuando esta planta florecía que era en otoño.

Dato: “Hay tres días en el año, que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Cristi y el día de la Ascensión”.

Otro: “El que pasa por romero y no coge de él, ni tiene amores ni piensa tener”.

La custodia, bajo palio – la de contenidos que tiene dicha palabra, no solo a nivel de pueblo, también a nivel de España – portado por las autoridades recorría, las calles del pueblo que marcaban ese día los altares preparados para tal fin. El que ningún año faltó para portar el palio sin duda alguna era nuestro querido maestro Don Salvador. Todas las procesiones en el pueblo tenían un recorrido determinado, menos aquella, que el recorrido lo marcaba, los altares que preparaban en cada calle.

Creo que esta fiesta sería una de las más antiguas del pueblo por dos motivos- Nuestra siempre dependencia de Granada.- El origen castellano de sus habitantes. Donde se colocaba un altar, el suelo de alrededor, se llenaba de plantas aromáticas, que al pisarlas desprendían un olor, que ese día – además de brillar más que el sol – su olor esa inconfundible. El olor y como brillaba el día, era lo que a los Beninaros los llenaba de una energía especial.


Otro detalle de ese día era el último día en que los niños y niñas podían lucir su traje de primera comunión. Aquellos niños, donde en su cara - por las pelusillas de su bigote y de las patillas – y en su voz se notaba que empezaba para ellos otra nueva etapa, aquel día para ellos y de sus familiares era también especial.

También era otro día especial, puesto que ante los ojos de los benineros, ya que podían hacer cuentas de las cosechas: la hayozas de los almendros, nos decían como sería la cosecha; los olivos habían terminado de florecer y por ello ya de podía medir la cosecha de aceite; las cementeras ya estaban definidas por el tamaño de su espiga; las parras ya tenían de forma definitiva el número de racimos, … Las mujeres en ese día no tenían que ir a polinizar – encarpar – los racimos de las parras. Es cuando las chumberas, nos prometían sus mejores frutos y como adelanto, nos regalaban una de las flores más preciosas con los colores más llamativos de tonalidades rosas e intenso amarillo. Las abejas que salían de dichas flores entraban con su color marrón oscuro y salían vestidas con un precioso traje ceñido de bolitas de polen de intenso amarillo.

Ya termino y dejo para otros-as, que describan la “bulla de preparar el altar”. Yo recuerdo uno en especial. El que se colocó en la pequeña plazoleta que había justo en frente de la puerta de la última vivienda que tenía el cura y la señorita Araceli. Creo que dicho espacio sale en una foto en el foro. También recuerdo otro altar colocado en la calle Ancha.

Una pista: Es cuando se destapaban los baules, donde las mujeres guardaban lo mejor de su ajuar, los bordados de sus antepasadas, …, porque en Beninar, había una tradición de bordar que entraba a funcionar cuando se preparaba el ajuar de una novia. PMR.

21 de mayo de 2008 14:47"

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